Excepto por el Santo Padre, la Gospa nunca había nombrado a nadie
en sus mensajes oficiales, ¡pero lo hizo por su hijo Slavko en el
mensaje del 25 de noviembre de 2000! El Padre Slavko fue un gran apóstol
de la Gospa, entendió y vivió los mensajes de Nuestra Madre a la
perfección.
El próximo 24 de noviembre se cumple el 14º Aniversario de su muerte. A continuación, Sor Emmanuel, narra los hechos que sucedieron el día de la muerte del Padre Slavko:
Es
con lágrimas en los ojos, pero también con alegría que hoy les escribo,
todavía en la semana del regreso de nuestro querido Padre Slavko a la
casa del Padre. ¡Las circunstancias de su muerte son sorprendentes y muy
hermosas! Estamos admirados de la manera en que Dios llamó a su siervo
fiel, a quien lo encontró velando y orando a la hora del regreso de su
Amo. El nombre Slavko proviene de la palabra croata “slava” que
significa gloria, y fue en la estela gloriosa de la Resurrección, justo
abajo de la cima del Krizevac, que el Resucitado vino para llevarse a su
siervo y envolverlo en Su abrazo eterno.
El 24 de Noviembre, el Padre Slavko guiaba el Vía Crucis para la
parroquia, como lo hacía cada viernes. Ese día, excepcionalmente, no
concluyó las oraciones al pie de la gran Cruz del Krizevac, sino en la
estela de la Resurrección, unos cuantos metros después de la 14a. y
última estación, “Jesús es Depositado en el Sepulcro”. Algunos puntos
sorprendentes que quiero hacer notar:
1) El Padre Slavko acababa de
concluir el Vía Crucis y la Iglesia ofrece una indulgencia plenaria a
quienes hacen fervientemente el Camino de la Cruz.
2) ¡Este es el Año
del Gran Jubileo y él murió un viernes a la hora de la Divina
Misericordia!
3) Esto ocurrió el día 24 del mes, día de la primera
aparición en Medjugorje.
Las últimas palabras del Padre Slavko en la tierra a quienes habían
subido con él fueron: “Que la Gospa ruegue por nosotros a la hora de
nuestra muerte”. Su último gesto fue bendecir al grupo. Cuando comenzó
su descenso, tuvo que sentarse. (No se resbaló como erróneamente escribí
ese día. Perdón por eso). Después, sin decir una sola palabra,
suavemente se recostó de lado y mientras amigos cercanos lo atendían,
dejó de respirar, en gran paz, sin trauma ni sufrimiento. Las nubes que
habían traído algo de lluvia en el camino se dividieron y permitieron
que el sol brillara momentáneamente justo en ese punto de la montaña. El
grupo vio entonces un arco iris que aparecía sobre el valle, cuyo arco
pareció elevarse desde Santiago Apóstol en Medjugorje. Un médico del
grupo certificó su muerte. Acompañado con oraciones fervientes y llenas
de pesar, el cuerpo del Padre Slavko fue bajado de la colina por sus
amigos.
El Padre Svetozar, a quien habían mandado llamar, mientras subía
corriendo la colina pensó a la distancia y se dijo: “¡Se ve como un rey!
¡Cuánta majestad!” El también compartió conmigo: “Tuve la convicción
interior que el Padre Slavko ya había sido glorificado. ¡Todo fue tan
solemne y sobrenatural! ¡Las personas que lo bajaron recibieron una gran
gracia!” El Padre Svet rezó las oraciones por los agonizantes y lo
ungió con óleo santo.
Más tarde ese mismo día, cuando la Virgen se apareció a Marija,
esperábamos que se refiriera a la muerte del Padre Slavko y quizá nos
dijera si él estaba con Ella. No lo hizo, pero nos dio una directriz que
sonó mucho al Padre Slavko: “Nastavite dalje!” (¡Sigan adelante!).
Hasta
el funeral, el cuerpo del Padre Slavko estuvo expuesto en la Capilla de
la Adoración, el ataúd abierto como se acostumbra en la región. Pudimos
quedarnos a su lado en oración, recibiendo varios de nosotros grandes
gracias. Recuerdo cómo me maravilló su rostro, que se veía jubiloso. A
la manera sencilla y hermosa de los croatas, su familia no dejó de
cubrirlo de besos, caricias y lágrimas. El Padre Svet, quien vino a
guiar el rosario vespertino, entremezclo sus meditaciones con los
sollozos. Estuvimos entre el Cielo y la Tierra (y de hecho, a unos
cuantos días después, seguimos estando).
Nuestro Obispo, Mons. Peric, vino a celebrar el funeral el Domingo
26, Fiesta de Cristo Rey, ante la presencia de una enorme multitud de
miles que estaban parados alrededor de la rotonda. Testimonios
aplastantes, que reportaremos más tarde, fueron dados durante la Misa.
Una interminable procesión se abrió camino por las calles de Medjugorje
para escoltar el ataúd de su sacerdote y apóstol y brindarle homenaje.
Por permiso especial, el Padre Slavko fue sepultado en el panteón
Kovacica, detrás de la iglesia.
A nombre de todos los videntes, Jakov le agradeció que hubiera estado
con ellos durante todos estos años, en los mejores momentos y también
en los peores (el Padre Slavko llegó a Medjugorje en 1982). Ahora
descansa junto al P. Krizan Galic (un pastor de Medjugorje asesinado por
los comunistas). Ese día fue realmente un día de duelo para toda la
aldea, todas las cafeterías, restaurantes y tiendas fueron cerrados.
La víspera del funeral fue el día del mensaje, el 25. Nunca olvidaré
el momento, cuando en el pequeño equipo de traductores, leímos el
mensaje recibido por Marija antes de que fuera difundido alrededor del
mundo. Marija, cuyos lágrimas estaban enrojecidos por las lágrimas,
sonreía cuando repitió: “Slavko u nebo! Slavko u nebo!” (¡Slavko está en
el Cielo!). Excepto por el Santo Padre, la Gospa nunca había nombrado a nadie en sus mensajes oficiales, ¡pero lo hizo por su hijo Slavko!
El Padre Slavko incansablemente proclamó los mensajes de la Gospa al
mundo; en correspondencia, Ella, la Madre de Dios, lo proclamó delante
del mundo en un mensaje. ¿Acaso no dijo Jesús: “Yo les aseguro que todo
aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá el
Hijo del hombre ante los ángeles de Dios”(Lucas 12,8)? ¿Qué finado ha
disfrutado un anuncio de María misma, de que ha nacido -al- Cielo,
transmitido a millones de amigos en tan solo unas cuantas horas?
Mensaje del 25 de noviembre de 2000
“Queridos hijos, hoy, cuando el Cielo está de manera especial cerca
de ustedes, los invito a la oración, para que a través de la oración
pongan a Dios en el primer lugar. Hijitos, hoy estoy cerca de ustedes y
bendigo a cada uno con mi bendición maternal, para que tengan fuerza y
amor para todas las personas que encuentren en su vida terrena y para
que puedan dar el amor de Dios. Me regocijo con ustedes y deseo decirles
que su hermano Slavko ha nacido al Cielo y que intercede por ustedes.
Gracias por haber respondido a mi llamado”
Anécdota del Padre Slavko
Permítanme
compartir con ustedes una anécdota del Padre Slavko, la cual describe
muy bien su personalidad, su determinación y su humor. Era en 1987. Mi
amiga Kate subía las escaleras a la Rectoría con él, cuando se detuvo un
momento a escuchar a un grupo de señoras ancianas de EEUU que
platicaban al pie de dichas escaleras. El las miró divertido y le
preguntó a Kate si había oído lo que esas señoras hablaban: “No Padre,
no les presté atención”, le dijo ella.
- “¡Bueno, cada una explicaba a las demás cómo se las arreglaba para
ahorrar energía! Una hace su lavandería de cierto modo para ahorrarse
equis cantidad de energía, la otra cocina de tal modo, otra hace sus
compras de otro, etc. Cada una competía por tener la mejor fórmula para
realizar sus labores gastando la menor cantidad posible de energía, a
fin de tener más tiempo libre y más energía ahorrada.”
Después, bromeando, él añadió con una mirada pícara: “¿Me pregunto
realmente qué van a hacer con toda esa energía extra cuando yazcan en su
ataúd? ¡Sabes, cuando yo muera, espero que nadie pueda exprimir ni
siquiera una gota de energía de mí!” (y sus manos hacían como que
exprimían algo). Subió corriendo las escaleras y luego se volteó y dijo:
“¿Y tú?”
¡Esta es una pregunta para todos nosotros hoy! El Padre Slavko dejó
este mundo después de haber hecho su máximo, entregó todo de sí mismo.
Tal es el ejemplo que nos deja.
¡Querida Gospa, ahora que Slavko está contigo, por favor, haz que trabaje por Medjugorje aún más que antes
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