miércoles, 18 de diciembre de 2013

La oración con el corazón

Gospa en AdoraciónLa oración con el corazón es realmente dirigir nuestros pensamientos a Dios

Orar con el corazón es orarle a Dios en nuestros pensamientos y súplicas, en nuestras preocupaciones y anhelos, ya sea a través de la oración formal o en el lenguaje simple que nosotros comúnmente usamos, cuando nos comunicamos con las personas en nuestra vida diaria. Esta oración, idealmente es una efusión de nuestros corazones, desde el nivel más profundo de nuestro ser interior.

Tal oración, cuando está enfocada en expresar la mayor sinceridad y fe y se entremezcla con períodos de silencio, nos hace receptivos a escuchar la respuesta de Dios. Entonces, Él viene a nosotros dulcemente, con suave voz o pensamiento no llamado. él usualmente nos habla así.


¿Cómo tú sabes si estás orando con el corazón?

Tú sabes si estás orando con el corazón, cuando tú estás en paz con Dios, en términos amistosos. Y tú no puedes sentir esta paz, si tú no estás viviendo en paz con otros. Tu oración debe estar en el ambiente limpio de la fe, esperanza y amor.


En una verdadera oración, hacemos aquellas cosas que dirigen nuestra atención a Dios. La Santísima Virgen quiere que caminemos hacia Dios elevando nuestras mente hacia Él.


Debemos también sentir hambre y sed de justicia recordando que, “Felices con los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (Mt 5,6)

Este orar con el corazón individualmente, se enaltece en los grupos de oración. En ese escenario, uno toma parte con otros al escuchar la palabra de Dios, al cantar y al absorber los sonidos musicales nacidos de la fe, esperanza y amor. “Fíjense con docilidad en la Palabra que fue sembrada en ustedes, la cual es capaz de salvarlos. Hagan lo que dice la Palabra, pues al ser solamente oyentes se engañarían a sí mismo” (St 1,21).


La Madre de nuestro Salvador nos ha recomendado que comencemos con una oración todo lo que hagamos -en el trabajo, en las diversiones, en los momentos de soledad, en los tiempos de alegría, en los tiempos de tristeza-. Es simplemente hacer a Jesús nuestra prioridad, el punto focal de nuestras vidas. Al ofrecerle al Señor todo lo que hacemos, logramos una oración constante- oración con el corazón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario