En el SÉPTIMO día de la novena pedimos por los GRUPOS DE ORACIÓN REINA DE LA PAZ que se han ido creando en muchísimas ciudades de todo el mundo tras el impacto de FE recibido en Medjugorje y por el deseo de seguir viviendo los mensajes de María que nos llevan a luchar por vivir firmes en Cristo y a tratar de ser instrumentos de esa PAZ de Dios. Pedimos que la GOSPA nos guíe y ayude a ser fieles a ese espíritu recibido y que nos coja de la mano para que caminemos y avancemos en el camino de conversión del corazón para alcanzar la SANTIDAD y para ser luz en medio de este mundo de manera que otros conozcan también los mensajes que María nos da allí en Medjugorje.
Empezamos con las Oraciones iniciales y el rezo del Santo rosario. A continuación meditamos el siguiente texto y acabamos con la oración final.
Jesús dijo a sus discípulos: Traten a los demás como ustedes quieren que ellos lo traten. En esto se resumen la ley y los profetas. Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran! (Mateo 7,12-14)
¡Queridos hijos! Hoy los invito al amor que es leal y agradable a Dios. Hijos míos, el amor lo acepta todo, aún lo que es duro y amargo por amor a Jesús que es Amor. Por tanto, queridos hijos, oren a Dios para que El venga en su auxilio, pero no según sus deseos sino según Su Amor. Entréguense a Dios para que El pueda curarlos y consolarlos y pueda perdonarles todo aquello en ustedes que es un impedimento en el camino del amor. Así, Dios podrá moldear sus vidas y ustedes crecerán en el camino del amor. Glorifiquen a Dios, mis queridos hijos, con el Himno a la Caridad para que el amor de Dios pueda crecer en ustedes día a día hasta su total plenitud. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! (Mensaje, Junio 25 de 1988).
En la oración, el Espíritu Santo nos une a la Persona del Hijo Único, en Su humanidad glorificada. Por medio de ella y en ella, nuestra oración filial comulga en la Iglesia con la Madre de Jesús (cf. Hch 1,14). Desde el sí dado por la fe en la anunciación y mantenido sin vacilar al pie de la cruz, la maternidad de María se extiende desde entonces a los hermanos y a las hermanas de su Hijo, que son peregrinos todavía y que están ante los peligros y las miserias (LG 62). Jesús, el único Mediador, es el Camino de nuestra oración; María, su Madre y nuestra Madre, es para transparencia de El: María muestra el Camino, ella es su signo, según la iconografía tradicional de Oriente y Occidente. (CCC: 2673, 2674)
ORACIÓN FINAL:
El amor es signo de reconocimiento a Tus discípulos, oh Señor. Te damos gracias por cada respuesta de amor dada a través del servicio y los dones a los demás. Oramos por todos los miembros de los Grupos de Oración y Centros Medjugorje en todo el mundo. Haz que, unidos a Tu Madre, puedan siempre mostrar con valor y decisión, dentro de sus familias y dondequiera que vivan, el camino estrecho, el único camino que lleva a Ti. Ayúdalos a crecer día a día en la plenitud de Tu Amor. Amén.
El amor es signo de reconocimiento a Tus discípulos, oh Señor. Te damos gracias por cada respuesta de amor dada a través del servicio y los dones a los demás. Oramos por todos los miembros de los Grupos de Oración y Centros Medjugorje en todo el mundo. Haz que, unidos a Tu Madre, puedan siempre mostrar con valor y decisión, dentro de sus familias y dondequiera que vivan, el camino estrecho, el único camino que lleva a Ti. Ayúdalos a crecer día a día en la plenitud de Tu Amor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario