El CUARTO día de la novena vamos a pedir por los LÍDERES DE LA IGLESIA. De manera especial por el Santo Padre Benedicto XVI para que tenga toda la GRACIA de Dios para cumplir con su misión y que tenga todo el apoyo y la oración de los fieles. ¡¡Además aprovechamos para dar GRACIAS A DIOS por este GRANDÍSIMO PAPA que nos ha concedido tener en estos tiempos tan necesitados de un pastor bueno y fiel que nos ayude a vivir ARRAIGADOS Y EDIFICADOS EN CRISTO Y FIRMES EN LA FE!!
Empezamos con las Oraciones iniciales y el rezo del Santo rosario. A continuación meditamos el siguiente texto y acabamos con la oración final.
Jesús dijo a Sus discípulos: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida. (Juan 8,12)
¡Queridos hijos! Hoy estoy feliz de verlos en tan gran número, que ustedes hayan respondido y hayan venido a vivir mis mensajes. Los invito, hijitos, a ser mis gozosos portadores de la paz en este mundo atribulado. Oren por la paz, a fin de que cuanto antes reine un tiempo de paz que mi Corazón aguarda con impaciencia. Yo estoy cerca de ustedes, hijitos, e intercedo ante el Altísimo por cada uno y los bendigo a todos con mi bendición maternal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! (Mensaje, Junio 25 de 1995)
El corazón es la morada donde yo estoy, o donde yo habito (según la expresión semítica o bíblica: donde yo me adentro). Es nuestro centro escondido, inaprensible ni por nuestra razón ni por la de nadie; sólo el Espíritu de Dios puede sondearlo y conocerlo. Es el lugar de la decisión, en lo más profundo de nuestras tendencias psíquicas. Es el lugar de la verdad, allí donde elegimos entre la vida y la muerte. Es el lugar del encuentro, ya que, a imagen de Dios, vivimos en relación: es el lugar de la Alianza. (CCC: 2563)
ORACIÓN FINAL:
Gracias, oh Señor, por darnos a la Iglesia como Madre y Esposa, para guiarnos en nuestra vida terreno por un camino de luz hacia Ti. Gracias, porque en la Iglesia todos somos hermanos y hermanas, y miembros de Tu Cuerpo Místico. Hoy oramos por quienes conducen a Tu Iglesia para que incesantemente renueven en sí mismos su alianza Contigo, que eres la única y verdadera Cabeza de la Iglesia, a fin de convertirse en portadores fieles y gozosos de la paz y la verdad en este mundo atribulado. Amén.
Gracias, oh Señor, por darnos a la Iglesia como Madre y Esposa, para guiarnos en nuestra vida terreno por un camino de luz hacia Ti. Gracias, porque en la Iglesia todos somos hermanos y hermanas, y miembros de Tu Cuerpo Místico. Hoy oramos por quienes conducen a Tu Iglesia para que incesantemente renueven en sí mismos su alianza Contigo, que eres la única y verdadera Cabeza de la Iglesia, a fin de convertirse en portadores fieles y gozosos de la paz y la verdad en este mundo atribulado. Amén.
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