martes, 22 de mayo de 2012

¡QUIERO PAZ!

Todos queremos y deseamos ser felices en esta vida y para ello intentamos vivir en paz con nosotros mismos  y con los demás, pero lo que nos falta es saber que la PAZ viene de Dios, y por ello SOLO en ÉL podremos encontrar esa ¡verdadera PAZ interior que todos anhelamos! 

En MEDJUGORJE he podido experimentar esa PAZ, una PAZ inmensurable que llena tu ser, que te embarga, que te sobrepasa... Pienso que esto es lo que les debe de pasar a tantisimas personas más que viajan a este precioso y dichoso pueblo de Bosnia y por esta razón todas ellas desean volver allí, porque allí encuentra respuesta el corazón a todos sus anhelos, a todas sus preguntas, a todas sus dudas, allí se colma de un AMOR SIN LÍMITES. Y es que ahí se nota, se palpa la presencia de Dios y de María, ahí caminas con Cristo, cogido de Su mano, es que allí se respira la GRACIA DE DIOS y del ESPÍRITU SANTO... Y este caminar con Cristo, este vivir en ÉL es el que da la verdadera PAZ a cada corazón. Es necesario escucharle, seguirle, alimentarse de Él, ¡enamorarse de ÉL! Y para eso nos regala la presencia de Su Madre en Medjugorje, para que sea ella la que nos enseñe a conocer a Su Hijo, a tratarle, a quererle, a seguirle, a AMARLE...

No es necesario viajar a Medjugorje para encontrar a Cristo, lo podemos hacer en medio de nuestra realidad, en el mundo que nos rodea, en las cosas pequeñas de cada día. Dios no cesa de llamarnos para colmarnos con Su Paz y llenarnos de gracias, pero respeta a cada uno y no obliga a nadie a dejarle entrar en su interior. Todo depende de nosotros. ¿Quieres ser Feliz? Busca a Cristo y encontrarás la felicidad


Si que es verdad que en Medjugorje nos alejamos de todo el estrés y preocupaciones en las que estamos inmersos en nuestro día a día y nos predisponemos a tener un encuentro cara a cara con Cristo. Además allí tenemos el regalo de la presencia de María que nos ayuda y nos llena de bendiciones y quizá por eso allí se encuentra esa PAZ, ese AMOR y la FELICIDAD de una manera tan fuerte y especial. Personalmente doy gracias a Dios por el regalo de Medjugorje, ya que es una fuente de gracias a la que ir y en la que poder recargar fuerzas, aumentar nuestra Fe y nuestro amor a Dios y a María. Es un manantial de AMOR y PAZ. Después de la experiencia del año pasado ya estoy contando los días para volver de nuevo allí, para volver a llenarme de esa PAZ que ¡sólo Cristo y María nos dan y allí de una manera muy especial!


Si alguien desea esa PAZ y  en medio de este ajetreado mundo no consigue encontrarla, que no dude en viajar allí, ¡NO SE ARREPENTIRÁ, NADIE LO HACE! Y quien no tenga la posibilidad que no cese de buscar a Cristo y de pedirle a Él, a María y al Espíritu Santo que le llenen de PAZ. Aprovechemos el Domingo próximo, Pentecostés, para pedírselo de una manera especial al Paráclito.

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